Cuidado con la visceralidad, querida. Cuidado, cuidado con los gritos y con los llantos, con las irsas y los insutltos. Cuidado, querida, con dejarte llevar por la sangre por el borbotón, por el vértigo. El vértigo marea, y no hay marea que no tenga resaca. Ah, resaca es una palabra que huele a domingo por la mañana, a agua pasada. Yo me emborraché
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